LA AMISTAD
Así lo
entiende mucha gente. La amistad y
los amigos son un tesoro muy valioso que a todos interesa. Se
ha dicho, con buena intuición, que el hombre es un peregrino de la amistad que de manera consciente o inconsciente
la busca afanosamente. Una simple mirada a las diversas culturas pondrá
de manifiesto que han dedicado las mejores páginas a exaltar este valor
que nos ennoblece y nos hacen más personas.
Pero, ¿cuál es la esencia de la amistad?
Sin duda, el lazo afectivo
entre dos personas que nace de la estimación y benevolencia mutua. El
punto de partida es la voluntad de
desear el bien del otro y, por lo tanto, excluye todo sentimiento egocéntrico.
Quien intente utilizar la amistad motivado por un interés propio nunca comprenderá este valor y nunca
tendrá verdaderos amigos. Es muy acertada la percepción que el amigo es una
persona con la que se puede tratar de igual a igual y con la que puedes contar en todos los momentos de
la vida. El amigo verdadero es alguien que nunca fallará. Por estas
razones nos dice la Biblia que “el amigo fiel es un refugio seguro, el que lo
encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su
valor”.
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