domingo, 17 de febrero de 2013




LA AMISTAD
Así lo entiende mucha gente. La amistad y los amigos son un  tesoro muy valioso que a todos interesa. Se ha dicho, con buena intuición, que el hombre es un peregrino de la amistad que de manera consciente o inconsciente la busca  afanosamente. Una simple mirada a las diversas culturas pondrá de manifiesto que  han dedicado las mejores páginas a exaltar este valor que nos ennoblece y nos hacen más personas.


Pero, ¿cuál es la esencia de la amistad?  Sin duda, el lazo afectivo  entre dos personas que nace de la estimación y benevolencia mutua. El punto de partida es la voluntad de desear el bien del otro y, por lo tanto, excluye todo sentimiento egocéntrico. Quien intente utilizar la amistad motivado por un interés propio nunca comprenderá este valor y nunca tendrá verdaderos amigos. Es muy acertada la percepción que el amigo es una persona con la que se puede tratar de igual a igual y con la que puedes contar en todos los momentos de la vida. El amigo verdadero es alguien que nunca fallará. Por estas razones nos dice la Biblia que “el amigo fiel es un refugio seguro, el que lo encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor”.

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